Entre 1961 y 1989, ¡ 28 años !, Berlín estuvo dividido por el muro. Muchas familias quedaron separadas, mucha gente perdió su trabajo y otros también la vida intentando escapar de un régimen opresor supuestamente "democrático". Se produjeron situaciones aberrantes como calles en las que la acera quedaba en un lado y las fachadas de las casas en otro, casas de las que no se podía salir. Con el tiempo los gerifaltes fueron derribando casas y limpiando la zona de frontera, creando la que llamaron la franja de la muerte.
A veces he pensado como sería si aquí en Madrid, se llegase a una situación similar Si por ejemplo hubiese un muro, en el Manzanares, o en la M-30. Quien quedaría fuera y quien dentro.
A pesar de todo el poder de los estados, una noche, el 9 de Noviembre de 1989, el muro cayó de la forma más tonta y la gente se lanzó a cruzar al otro lado, unos buscando libertad y otros con curiosidad de ver como se vivía en el lado pobre. Los mismos jerarcas que se habían llenado la pechera con toda clase de medallas, desaparecieron sin que pagaran por su responsabilidad.
Ahora los turistas, vamos a ver lo que queda del muro. Compramos postales y llaveros, o paseamos por zonas, que en las que durante un tiempo cruzar erar jugarse la vida, como en la Puerta de Brandemburgo o el checkpoint Charlie. Donde antes estaba el muro, marcado ahora en la calle con una línea de empedrado, se puede ver a una chica cruzar con su bicicleta o a la gente sentada en la terraza de un bar.
En las zonas en las que se ha dejado parte del muro, hay algunos puntos en que se puede ve su decrepitud, con las armaduras del muro oxidadas a la vista, como los huesos de un cadáver. En otras zonas se ha recubierto con graffitis, o mejor llamadas pinturas murales, alegóricas y muy coloristas, donde los visitantes pueden hacerse las fotos de recuerdo.
A continuación os dejo con estas reflexiones pero en forma de fotografías.
A veces he pensado como sería si aquí en Madrid, se llegase a una situación similar Si por ejemplo hubiese un muro, en el Manzanares, o en la M-30. Quien quedaría fuera y quien dentro.
A pesar de todo el poder de los estados, una noche, el 9 de Noviembre de 1989, el muro cayó de la forma más tonta y la gente se lanzó a cruzar al otro lado, unos buscando libertad y otros con curiosidad de ver como se vivía en el lado pobre. Los mismos jerarcas que se habían llenado la pechera con toda clase de medallas, desaparecieron sin que pagaran por su responsabilidad.
Ahora los turistas, vamos a ver lo que queda del muro. Compramos postales y llaveros, o paseamos por zonas, que en las que durante un tiempo cruzar erar jugarse la vida, como en la Puerta de Brandemburgo o el checkpoint Charlie. Donde antes estaba el muro, marcado ahora en la calle con una línea de empedrado, se puede ver a una chica cruzar con su bicicleta o a la gente sentada en la terraza de un bar.
En las zonas en las que se ha dejado parte del muro, hay algunos puntos en que se puede ve su decrepitud, con las armaduras del muro oxidadas a la vista, como los huesos de un cadáver. En otras zonas se ha recubierto con graffitis, o mejor llamadas pinturas murales, alegóricas y muy coloristas, donde los visitantes pueden hacerse las fotos de recuerdo.
A continuación os dejo con estas reflexiones pero en forma de fotografías.
Otro arte sobre muro. Guerreros babilonios en el museo de Pérgamo |
El memorial del Holocausto Judío. Un laberinto entre muros |