viernes, 10 de julio de 2015

CAMINANDO ISLANDIA: VOLCANES, FUMAROLAS Y NIEVE

La ruta Laugavegur, que significa "el camino de las fuentes calientes", recorre cincuenta y cinco kilómetros entre los paisajes más salvajes de las tierras altas del interior de Islandia, entre Landmannalaugar y Porsmork. Este treking (a mi me gusta más llamarlo caminata), se ha convertido en una ruta muy popular al estar bien marcada y contar con zonas de acampada y refugios, situados estratégicamente a lo largo del trayecto.

Mucha gente realiza el recorrido por su cuenta, lo que implica cargar con todo el equipo de acampada. Nosotros, que ya vamos alcanzando un nivel de aburguesamiento montañero propio de la edad, vamos a contar con la organización y guía de la empresa especializada islandesa Artic Adventures. Ellos se encargarán de transportar los equipajes, la comida y las tiendas (incluyendo la espaciosa tienda comedor-cocina, que sirve de punto de reunión del grupo) entre los diferentes campamentos de la ruta. Así, liberados de un importante peso, sufriremos menos en las cuestas y nos podremos dedicar a admirar y fotografiar el paisaje.

En esta entrada del blog me voy  a centrar en la propia marcha de la ruta, mientras que para una futura entrada prepararé otras fotografías y panorámicas centradas en el espectacular paisaje ártico islandés.




Landmannalaugar, donde empieza la ruta, es una amplio valle, cuyo nombre en islandés, a pesar de parecer incomprensible significa algo así como "lugar agradable donde estar". Puede deberse a la la presencia de aguas termales y a su amplio valle plano, recorrido por el río Jokulgilskvisl. La fama le viene fundamentalmente por los espectaculares colores de las rocas volcánicas que se encuentran en esta amplia caldera. Su composición es riolítica, de tonos más claros que los oscuros basaltos tan frecuentes en el resto de Islandia. Además debido a los procesos hidrotermales, se han depositado otros minerales que tiñen las rocas de colores. Aquí empieza la caminata, con una larga jornada de novecientos metros de desnivel de subida.






Entre el paisaje destaca una gran colada de lava oscura, más reciente que el resto de las rocas de la caldera, ya que corresponde a una erupción de 1477.


La subida nos lleva junto a las fumarolas del volcán Brennisteinsalda ("olla de azufre"). Es una montaña con rocas de colores muy rojos.  Los vapores nos rodean y envuelven con su fuerte olor a azufre. Mientras los cruzamos, intento recordar, de cuando estudié la asignatura de vulcanismo, hace algunos años, si los gases de este tipo son venenosos. Por el depurado método científico de observación de que nadie cae redondo al suelo, parece comprobarse que no deben de ser muy perjudiciales, así que en esta y en el resto de fumarolas del camino, nos dedicaremos alegremente a fotografiarnos entre el humo.






Tras continuar la ascensión, alcanzamos otra singular zona de fumarolas, en un pequeño valle entre el hielo, Storihver. Es un paisaje extraño, donde se ve hervir el agua y fisuras en la tierra de las que salen los gases a presión. Todo ello rodeados de paredes de hielo y nieve.











Según ascendemos, como estamos al inicio del verano, los campos de nieve se hacen más continuos, hasta cubrir casi por completo la ruta. Así se alcanza la zona más alta del recorrido, donde se encuentra uno de los refugios. Esta zona es una montaña de obsidiana, cuyo negro y brillante aspecto vítreo podemos ver en las escasas zonas libres de nieve. En el collado hay también un sismómetro de la red de vigilancia de Islandia. El guía nos muestra en su teléfono, la página web que representa los terremotos islandeses, (http://en.vedur.is/earthquakes-and-volcanism/earthquakes) donde vemos que ha habido uno un par de horas antes de nuestro paso. Un temblor realmente muy débil hay que reconocer. La zona volcánica central de Islandia que estamos recorriendo se encuentra en la dorsal Atlántica donde se separan la placa norteamericana de la euroasiática. Realmente es territorio nuevo que se forma al separarse los dos continentes y que los volcanes se encargan de rellenar.




El descenso hacia el lago Alftavatn ("del cisne") donde se sitúa el siguiente campamento, nos lleva al prodigioso balcón que forma el escarpe de Jokultungur. Desde aquí la vista que se extiende sobre los volcanes y los glaciares es una de las más impresionantes que he podido disfrutar.




El día siguiente, que en nuestro caso se levantó lluvioso, frío y desapacible, pero alternando con ratos despejados (o sea el típico tiempo islandés), nos esperaba con el desafío de varios cruces de ríos a pelo, sin puente. Esto implica meterse en un agua que baja directamente de la fusión de los glaciares. El frío contribuye a intentar cruzar lo más deprisa posible, algo poco recomendable, ya que hay que asegurar los pasos, evitando tropezarse con las piedras del fondo. La corriente hace recomendable no luchar contra ella y no seguir la ruta más corta, sino cruzar oblicuamente dejándose llevar ligeramente por la corriente. Para evitar ser arrastrados muchos caminantes prefieren cruzar agarrados en pequeños grupos. En caso de caída, esta técnica es lo que se denomina "mojadura solidaria".






Otros ríos más pequeños, muy numerosos, donde no es necesario descalzarse permiten practicar la técnica de la "bailarina equilibrista con bastones". No todos los pasos por las resbaladizas piedras se libran de plantar la bota en el agua.




Afortunadamente, cuando llegamos al río Innri-Emstrua nos espera un puente sobre las aguas turbulentas. El río, de gran caudal, presenta rápidos y cascadas entre las lavas solidificadas. En esta zona, al haber un pequeño cañón donde se encaja el río, han podido construir un puente. Lo habitual, es que los ríos presenten cauces erráticos caprichosos, debido a la fusión de los glaciares, a veces acelerados por la actividad de los volcanes. Así, en muchas ocasiones el río deja de pasar por debajo de un puente o lo destruye.



El resto de la ruta va a estar dominado por la silueta del volcán Hattfell, que significa "montaña del sombrero".





La zona del campamento de Emstrur se encuentra al pie de la inmensa mole del glaciar Myrdalsjokull, el tercero en extensión entre los glaciares de Islandia. De su gran casquete glaciar, descienden impresionantes lenguas glaciares hacia los valles.




En el clima de Islandia son frecuentes los cambios bruscos de tempestad a buen tiempo. Estos cambios meteorológicos traen un acompañamiento de fantásticos cambios de luz, con zonas iluminadas entre oscuras áreas tormentosas. Esta es una de las razonas de la popularidad de los viajes a Islandia entre los fotógrafos.


El día de caminata hasta el campamento de Porsmork se continua descendiendo. Ahora en el paisaje van a predominar los abruptos cañones, que el agua del deshielo de los glaciares excava rápidamente, en su descenso hacia el Atlántico. El más impresionante de los que se encuentran en el camino, es el del río Markarfljot, al que vimos nacer dos días antes, como un pequeño arroyo entre las hirvientes aguas de la fumarola de Storihver.








El tramo final de la caminata hasta Porsmork vuelve a reflejar el cambiante paisaje islandes. Ahora nos recuerda a un frío desierto, con pequeñas dunas de cenizas, cortado por las llanuras que forman los ríos de deshielo de los glaciares. Hasta llegamos a encontrar algunos de los escasos árboles de Islandia, en forma de pequeños bosquecillos de abedules.


El impresionante valle de Porsmork está formado por el río Krossa, que baja de los bruscos deshielos de los glaciares de Myrdalsjokull. Este nos muestra sus grietas y superficie accidentada, antes de caer hacia el valle. Por el sur se encuentra la mole del Eyjafjallajokull, otro gran glaciar. El volcán que forma el glaciar fue el que la lió parda durante su erupción en 2010, al llevarse el viento las cenizas de sus explosiones hacia Europa. No obstante la preocupación aquí es el volcán Katla, situado bajo el gran glaciar Myrdalsjokull, que es mucho más explosivo y violento.

La ascensión al monte Valahnukur nos permite disfrutar de una fantástica vista de glaciares, volcanes y ríos turbulentos en 360º a la redonda.



Nuestro guía Alli, al final del recorrido.
Sólo me falta añadir lo contento que he terminado con mis nuevas botas Bestard Trilogy. Han resistido muy bien una dura caminata entre nieve, arena, cenizas, agua helada y afiladas piedras volcánicas. Por dentro se han mantenido perfectamente secas. Después de haber gastado un buen número de pares de botas durante bastantes años, se ve como cada vez la tecnología crea calzados más cómodos y técnicos.


Os añado algunas direcciones de interés:

Arctic Adventures, empresa especializada en trekings y viajes de aventura en Islandia y Groenlandia: www.adventures.is

Agencia para organizar el viaje a Islandia: www.islandiaviajes.net

Compañía aérea con vuelos directos desde Madrid y Barcelona: www.icelandair.es

Botas de montaña de Calzados Bestardwww.bestard.com